Un ayer y un presente
Y aquella lluvia no parecía terminar…
Aguacero incesante en la hermosa penumbra.
Y fueron dos gotas que cayeron al río,
navegando hacia el mar, perdiéndose en la oscuridad.
Y fui yo, y fuiste tú.
Y fuimos dos bajo la lluvia.
Y fuimos dos bajo el fango de un mismo suelo…
Era de día, era de tarde, era de noche…
Era todo en un instante.
Era un niño y una niña que jugaban.
Éramos tú y yo haciéndonos hombre y mujer.
Y el silencio interrumpido por la lluvia,
y el fango bañando nuestros cuerpos
y limpiando nuestras almas.
El diluvio continuaba, cada uno intentaba nadar,
otros en su intento acaban por naufragar.
Sólo nuestros cuerpos vieron la cruz de palo
de nuestro Cristo crucificado…
Seres embriagados de pasión.
Blasfemos corruptos o románticos soñadores
(válidos nombres para quien no pone condiciones).
Dos seres que al amor se consagran.
No cesa la lluvia, no habrá de cesar…
Quizás, termine, cuando la humedad del fango
se acabe de secar…
-Un ayer y un presente… ¿por qué poetisa?
(Perdón, olvide contestar,
es que aún la lluvia no acaba de cesar) …